Era fácil cantar la canción junto al
río,
pájaros del ocaso
hasta mi amor venían
desde las ramas,
querida.
Los recuerdo bajaban
desde mi alma hasta mis
manos, les ahuecaba nidos
como si fueran
pájaros
Te envío desde lejos
mi amor;
barquito dentro de una
botella
anduvo muchos puertos y
en ninguno
echó anclas.
Un mascarón sombrío
y una vela
muy blanca.
Blanca como el silencio
que reposa en el río.
Como el agua del trino
y el corazón del
viento.
Cuélgalo en el
escaparate de tus ojos,
y si los marineros
preguntan quién lo hizo,
señala el horizonte
dedos de Cenicienta.
Luego, entorna
los párpados
para que no
lo vean.
15/12/2018
Martha Alicia Lombardelli
Por
fin lo pude encontrar en mi PC