jueves, 3 de enero de 2013

LA SIRENA DE MIS SUEÑOS


Cualquier parecido con un soneto es mera casualidad.

Rodeada de juncos, la laguna
oculta con esmero su secreto.
De tarde, el sol con paso recoleto
rayos lanza de luz inoportuna.                                 
y desoculta insólito escenario:
de rubios rizos y discreto encanto ,
tornando la laguna en un santuario
la niña juega y modula su canto
Fruto del ensueño y poco real,
la sirena de la laguna oscura,
porta recuerdos de infancia ideal;
imagen dorada en el lodazal, 
resplandor que encendía la ternura
y hoy,  sólo es un recuerdo virginal.

AMORES RENOVADOS


He buscado tu amor en la memoria
por hallar del amor algún cimiento. 
He revisado toda nuestra historia
sin poder revivir un sentimiento.
Sólo encontré vaga sombra ilusoria 
donde pensaba dulce arrobamiento; 
donde largas creí horas de euforia,
lágrimas encontré para el tormento.
La vida ahuyenta los recuerdos vanos, 
flores y aromas nacen en las manos
y pronto el corazón amor derrama.
Ante amores nuevos ¿por qué llorar
los ya vividos? tan sólo esperar.
¡Donar amor al que a mi vida llama!

martes, 1 de enero de 2013

TIEMPO DE DIOSES


(Versión intervenida por mí del Enuma elish) 06 /12/2012

Poema babilónico
Nacimiento de los dioses
Cuando en la altura, los cielos no estaban nombrados,
y en lo bajo, la tierra firme aún no se había pensado;
cuando solo el primitivo caos del agua fresca, el agua salada y la niebla reinaban;
cuando ningún pantano se había formado y tampoco isla alguna;
cuando ningún dios había aparecido ni había sido nombrado ni su suerte determinada,
entonces los dioses fueron creados en medio de ellos;
Lahmu y Lahamu aparecieron y fueron nombrados
Así contaban la leyenda mis abuelos cuando preguntaba de donde había salido el cielo, la tierra y el agua. Explicaban el origen del mundo tal como sus mayores se lo habían contado a ellos.

Cuando todo era nada y nada no era vacío sino un pleno que ahí estaba esperando la primera dispersión; con la dispersión vendrán los tales y cuales.
Así tendrán nombres, con los nombres vendrá la existencia. Así me enseñaban los abuelos a conocer la eficacia mágica de los nombres.
La lucha de los dioses
Agua fresca recibió el nombre de Apsu, generador de todo;
agua salada fue Tiamat y la niebla, Mummu.
Los divinos compañeros se congregaron,
y en tanto oscilaban de un lado a otro molestaron a Tiamat,
inquietaron su vientre,
danzando dentro de ella, donde los cielos están fundados.
Apsu también fue disgustado, y acompañado por su servidor
Mummu, se dirigió a Tiamat:
Apsu, comenzó a hablar y dijo a la ruda Tiamat
-para muchos, un monstruo femenino-,
“Sus costumbres se me han tornado odiosas,
no me dejan descansar de día ni dormir de noche;
Aniquilaré sus conductas y les pondré fin,
para que reine de nuevo la paz y podamos dormir”
Pude así saber que hay padres e hijos, amores y odios; poder y temor.
Al oír esta imperativa y dura advertencia,
los dioses experimentaron un gran pánico;
pero uno de ellos, Ea, el sabio, después de pronunciar
un encantamiento sobre Apsu lo dejó dormido y lo mató;
tomó su corona y construyó su morada encima de él.
Luego se apoderó de Mummu, lo castró
y le aplastó el cráneo.
Supe que cuando el que posee el poder monta en cólera ya no hay seguridad para los dominados. Estos dioses eran muy crueles y no vacilaban en ejercer la magia mala y aplastarte el cráneo. Parece que el que tenía más poder que todos, Apsu, lo perdió. También la ligó Mummu, el indefinido.
Ea, el sabio, engendró en Damkina a Marduk,
de seductora y terrible figura:
cuatro eran sus ojos y cuatro sus orejas,
cuando entreabría sus labios fuego brotaba.
Mi hijo el Sol, Dios de los dioses- decía su madre- 
es perfecto, heredará el poder y reinará sobre dioses y humanos.
Te hemos dado dignidad real y poder sobre todas las cosas
-dijeron los dioses viejos reunidos en banquete.
Ocupa tu asiento en el consejo
y tu palabra ha de prevalecer.
Marduk crea a los humanos de la sangre de Kingu,
el rebelde, para que sirvan a los dioses con sacrificios.
Esta es la sangrienta historia del comienzo de todo. Todo emerge del malhumor, la amenaza, la conspiración y la muerte por asesinato. Los viejos delegan el poder en el dios joven. El dios joven se asegura la aceptación de los dominados. Tal como la contaron mis abuelos, yo la contaré a mis descendientes.